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sábado, noviembre 23, 2024

GINO BACIGALUPO

El apuro por con seguir pescado para el almuerzo del Viernes Santo me invita a pensar en el más grande pescador que conocí en mi infancia y que, aunque unos años menor, resultó todo un maestro en el arte, deporte y entretenimiento de la pesca.

Éramos vecinos en el balneario de la Boca del Río, en la playa La Lisera, en primera fila, frente a la poza de la peña del fierro, cuando las familias se instalaban en ranchos de esteras, sin agua potable ni energía eléctrica, sin títulos de propiedad ni carretera asfaltada, sin televisión, teléfonos ni habían inventado las computadoras.

Gino Bacigalupo tendría menos de diez años de edad y siendo siempre un muchacho correcto y disciplinado, yo le encontraba parecido a Daniel el Travieso, por su apariencia física. rubio, delgado, despeinado y siempre de buen humor.

Salía temprano, después del desayuno, rumbo a su aventura pesquera provisto de una enorme caña, un carrizo de esos que abundan en los callejones de Tacna y formaban parte de la estructura de los ranchos de totora. Un polo, traje de baño y sandalias o alpargatas completaban su atuendo.

Algunos metros de nylon transparente, un par de anzuelos y en una lata algo de carnada que podía ser muy muy, plumas de colores, algún marisco o un trozo de pollo que sacó a escondidas sin que lo vieran su madre Lucila ni su ama Pelagia. Sus hermanas Bruna y Chana lo engreían. Su padre Antonio fue pionero en la perforación de pozos de agua en La Yarada.

No demoraba mucho, a veces, procurando llegar a tiempo para el almuerzo, cargado de tomoyos, lisas y pintadillas, suficientes para alimentar a su familia y vecinos.

Supe que derivó su afición hacia la pesca submarina, con arpones y un snorkel que le permitían capturar corvinas, lenguados, pulpos y diversos mariscos, que abundaban en esa parte del litoral.

Simultáneamente se convirtió en radioaficionado y luego tuvo su propia emisora de radio, en señal abierta, de gran sintonía y lo último que supe es que puso un restaurante en las afueras de la ciudad, creo que en Calana.

Gino Bacigalupo llegó a ser Teniente Alcalde de Tacna y desconozco si es que le sigue picando el bicho de la política.

 

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