La lucha por el control político de las universidades en el Perú se remonta a más de medio siglo, cuando el gobierno militar de Velasco Alvarado pretendió y fracasó en su intento de crear un ente que dirija y controle todos los centros de estudios superiores.
Fue cuando habían impuesto dos años de estudios generales, algo así como la prolongación de la secundaria, para recién pasar a estudios de facultad.
Las protestas estudiantiles echaron abajo los estudios generales y la intención de crear un organismo de control político de las universidades.
Ese proyecto permaneció en la sombra hasta el gobierno de Ollanta Humala, que retomó el sueño velasquista y aprobó la nueva Ley Universitaria que crea la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria SUNEDU.
Los directivos de este organismo venían siendo designados por una Comisión del Ministro de Educación y desde el inicio estuvo integrada y a veces presidida por Francisco Sagasti, quien nombraba al Superintendente, según lo confirman las resoluciones ministeriales 234 del 2019, 228 del 2018, 224 del 2018, 238 del 2017.
El actual congreso aprobó la ley 31520 que restablece la autonomía universitaria y saca a los caviares del manejo de la SUNEDU, aunque algunos medios de comunicación, políticos y directivos de algunas universidades lo rechacen, prefieren siga siendo Sagasti quien maneje ese organismo.
Eso lo ha hecho saber la mayoría de rectores de las universidades públicas, mediante un comunicado en el que afirman se ha puesto punto final a la desinformación por el control político de la SUNEDU.
Los caviares pierden poder político, poco a poco, en todos aquellos organismos que tomaron como feudos y por eso apoyan marchas como la de ayer, protestas para empujar la salida de Dina Boluarte del gobierno y así pretenden recuperar las golosinas que venían paladeando desde hace muchos años.
Los caviares son los que promueven la salida de Dina Boluarte y el cierre del congreso. Se creen ganadores de las próximas elecciones, pero jamás han ganado ninguna votación democrática, están acostumbrados a entrar al poder por la ventana.