Dracón fue un legislador de Atenas que ocupó el cargo de arconte epónimo, se ocupaba de la administración civil y la jurisdicción pública, tutor de viudas y huérfanos y supervisaba los litigios familiares.
Un día se le ocurrió que toda la legislación que entonces era oral, debía ser escrita y se ocupó de la tarea de recopilar los severos castigos que existían incluso para faltas menores.
Por esta razón fue que a él le atribuyeron la autoría de esas leyes que generaron enorme descontento popular, al extremo que tuvo que huir y refugiarse en Egina, hermosa isla griega.
Según la enciclopedia bizantina Suda, Dracón murió asfixiado por múltiples capas y vestimentas que le arrojaron en un teatro.