Podemos tener todo dispuesto y preparado para determinada acción y a último momento ocurre algo que nos obliga a desistir. No demos por realizado nada hasta que efectivamente suceda, a último momento todo puede cambiar.
Para que al panadero se le queme el pan en la puerta del horno debe haber ocurrido algo raro con el fuego que pudo quemar la masa cuando apenas estaba entrando al fogón. Puede que no sea entrando sino cuando lo está sacando, después de horneado.
No es algo nos recuerda Vallejo “son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema”.
No demos por sentado nada hasta que efectivamente haya sucedido, algo puede modificar el resultado a último momento.
El candidato estaba seguro que ganaba las elecciones y a último momento hubo un cambio en la opinión de los electores.
El gol estaba cantado, solo tenía que patear al arco que había quedado sin portero y el tiro salió desviado, fue un blooper, un error del jugador.
Estaba seguro que entraría a la universidad, se había preparado en la mejor academia, no había pierde, pero algo pasó y no alcanzó la nota, tendrá que esperar hasta el próximo año.
La novia esperó inútilmente en el altar, junto a su padre y los invitados, el desgraciado del novio se arrepintió a última hora.