Recojo la iniciativa de César Ortiz Anderson para expresar de manera patriótica nuestro rechazo al gobierno de Pedro Castillo, una forma pacífica de protestar y decirle que nunca renunciaremos a nuestra bandera roja y blanca por la que murieron nuestros antepasados, un estilo contundente de decirle que no renegamos de nuestro pasado y que nos sentimos orgullosos de ser peruanos.
Nunca presidente alguno ha hecho mayor ridículo que con un toque de queda desacatado por decenas de miles de limeños reclamando se vaya el presidente y se vayan los congresistas. Derogó una orden suya cuando nadie le hacía caso, hubo un total desacato.
Allá los felipillos dispuestos a regalar soberanía, allá los traidores entregados al servicio de ideologías foráneas que fracasaron en todo el mundo, allá el destino de progresistas que viven en un mundo paralelo en el que todavía no derrumban el muro de Berlín.
La respuesta de Castillo al alza de precios de los combustibles me recuerda a las cuarentenas de Vizcarra para enfrentar la epidemia y resultamos el país que en todo el mundo peor trató la enfermedad.
Hagamos como en Fiestas Patrias, icemos nuestra bandera con orgullo para decir que no aceptamos ministros con grados y títulos bambas, con diplomas que no valen nada, con credenciales que son fruto del plagio.
Embanderemos la ciudad para decirle al gobierno que no nos agrada el despilfarro de los recursos del Estado, el nombramiento de funcionarios incompetentes, la saturación de la administración pública con amigos del partido, los paisanos, compadres y sobrinos, como repartija de un botín de saqueadores.
No estamos de acuerdo con la injerencia del presidente en los ascensos militares, ni la politización de la policía y del sistema judicial.
Icemos nuestras banderas para denunciar la corrupción en la concesión de obras públicas, la existencia de una mafia china, los concursos amañados, las compras irregulares, los contratos manoseados.
Con la bandera roja y blanca rechacemos a congresistas corruptos, los niños y los ñaños, los que venden su voto por un plato de lentejas.
Icemos nuestras banderas para decirle a Castillo que no vamos a ceder “solo los bueyes bajan la cabeza para que el labrador les ponga el yugo”.(F.Barreto).