Según nuestro sistema electoral, los mayores de 70 años no estamos obligados a votar y se nos considera un porcentaje mínimo en el bolsón de electores. Es decir, poco o nada importa el voto de las personas mayores.
Y eso ha cambiado radicalmente en los últimos años, en las últimas décadas y es que, en el Perú, como ocurre en todo el mundo la expectativa de vida ha crecido de la mano con el avance de la ciencia médica.
En 2020 la esperanza de vida en Perú subió hasta llegar a 76,95 años. Ese año la esperanza de vida de las mujeres fue de 79,71 años, mayor que la de los hombres que fue de 74,29 años. Perú mantiene el puesto 61 en el ranking de los 192 países de los que se publica la Esperanza de vida.
El porcentaje de personas mayores crece cada año y se convierte en un bolsón interesante para los candidatos a cualquier cargo de elección popular, mientras cada año nacen menos niños. Según cifras oficiales. En 2020 nacieron 159,926 niños menos que en 2019.
En el Perú existen 633 mil 590 adultos mayores de 70 años y el 38,4% de ese grupo es gente que vive sola. Bien harían los candidatos municipales y regionales en proponer programas que ayuden a las personas mayores a sobrellevar la vejez con calidad de vida, que muchos no tienen en este momento.
Es un sector de la población descuidada por los gobiernos nacionales y locales, descuidados a veces hasta por su propia familia.
Un político ya retirado, supongo por la edad, se hizo famoso con la frase “pobrecitos los viejitos”.
Eso es algo que los viejitos no quieren ni necesitan. Lo que los viejitos reclaman es que los tomen en cuenta en los planes y programas de gobierno. Que os consideren también entre los candidatos a regidores o consejeros regionales.
La experiencia y el conocimiento acumulado con los años los convierte en los mejores aliados que un alcalde o gobernador puede tener a su lado.