Rafael Risco Boado fue uno de los grandes personajes de Trujillo que esta vez no pude encontrar y me resulta inolvidable el episodio que viví gracias a él, con alumnos del colegio Seminario San Carlos y San Marcelo. Don Rafael siempre estuvo empeñado en involucrarme profundamente en la vida de la ciudad.
Era dirigente del Partido Popular Cristiano, aunque las veces que nos reunimos, que fueron varias, conversamos dejando a un lado sus quehaceres partidarios, para dedicarnos a temas como las enormes posibilidades de desarrollo que tiene la región y la importancia de rescatar valores de personajes históricos como José Faustino Sánchez Carrión.
Un día me invitó a dar una charla en ese colegio emblemático ubicado a muy corta distancia del hotel donde viví y tuve que ir muy temprano, para hablar sobre el ilustre huamachuquino que participó en la gesta libertadora y les explique el establecimiento del sistema de gobierno republicano y la importancia de su participación en la redacción de nuestra primera constitución política.
Huamachuco es una región de los andes liberteños que debe su nombre a la existencia de unas cañas de bambú gigantes y guarda un valor incalculable por haberse librado allí la batalla que lleva su nombre, el 10 de julio de 1883, entre fuerzas peruanas al mando del General Andrés Avelino Cáceres y el ejército chileno al mando del Coronel Alejandro Gorostiaga, en la Guerra del Pacífico. Cáceres se retiró para reorganizar sus fuerzas y continuar la resistencia junto al coronel Justo Pastor Dávila, mientras que Leoncio Prado, hijo de Mariano Ignacio Prado y hermano de Manuel Prado Ugarteche, muere fusilado al ser capturado gravemente herido en esa batalla.
No es lo mío, le dije al ingeniero Risco, prefiero hablar de Basadre le respondí, pero me convenció cuando con sus finos modales me advirtió que si era difícil hablar de Sánchez Carrión, mucho más complicado les resultaría comprender los postulados del historiador de la república. Me insistió para que les explique la importancia del régimen republicano, la separación de poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, el voto ciudadano, el derecho a la propiedad, la libertad de culto, de imprenta, de pensamiento y de palabra, la igualdad de todos ante la ley, la eliminación de los privilegios, los gobiernos vitalicios.
¿Por qué el Solitario de Sayán? Encontré esta explicación: Ante la desolación por la muerte de su esposa, se aisló en Sayán con su menor hija, desde donde escribiría bajo este seudónimo, donde se plasmaron las ideas republicanas del Perú que nacería años después. (Gabriel Echegaray)
Recuerdo fue una mañana muy fría la que tuvimos para evocar a José Faustino Sánchez Carrión y temí aburrir a escolares formados en el patio, guardando un respetuoso silencio para escuchar lo que había repasado la noche anterior y les pude decir que gracias al “Solitario de Sayán”, Trujillo tuvo una de las primeras universidades, una corte de justicia, decretó que los indios fueran propietarios de las tierras en las que habitaban, fundó varias escuelas y sentó las bases para la redacción de los códigos civil y penal. Soñó con la unidad de los países hispanoamericanos, para enfrentar juntos los retos del desarrollo regional.
Risco Boado también fue un gran soñador, como Sánchez Carrión, guardando distancia, pero compartiendo ese sentimiento sincero, franco y leal para con su tierra, su gente y sus ideales de justicia y libertad. Gracias José Faustino Sánchez Carrión, gracias por tu lucha, por la libertad, por la república, por la democracia, por la constitución, por las cosas grandes que hiciste por el Perú y por Trujillo.
Gracias Don Rafael por premiarme con tu amistad, por las obras que hiciste y las que soñaste, gracias por acercarme al “Solitario de Sayán” y a esos chicos del Seminario San Carlos y San Marcelo que hoy deben ser ese ejército de profesionales que seguramente trabaja por el bienestar de su tierra.