Alentada por éxito en reencontrar a una madre con su hija, entre Perú y México, es que esa señora amiga intentó una hazaña parecida para apoyar a una pareja joven que escapó a los Estados Unidos y vivió en calidad de ilegal.
Salieron del Perú por el terrorismo, la hiperinflación y la falta de oportunidades de trabajo, pero padecían en Miami la amenaza de ser descubiertos y deportados en cualquier momento.
Una hermana viajó antes a España con mejor suerte y con su esposo y dos hijas consiguieron la residencia y permiso para trabajar allá.
Pero los tiempos habían cambiado y cada vez fue más difícil escapar del Perú por culpa de irresponsables gobernantes que administran mal la economía. En lugar de promover la inversión la desalientan, en vez de crear fuentes de trabajo las cierran, no apoyan a los empresarios, los persiguen, ven al sector privado como a una banda de delincuentes.
Nuestra amiga escribió otra carta, esta vez dirigida al Rey de España, Juan Carlos I, que ocupó el cargo hasta junio del 2014 pero antes de entregar la corona, leyó sorprendido el mensaje de una señora que le contaba el drama de la pareja de ilegales en Miami, que querían estar con sus familiares que huyeron a España.
Juan Carlos, lejos de la imagen de perverso que engaña a Sofía de Grecia y se esconde en el hotel Emirates Palace de Abu Dabi, respondió la carta y le dijo que regresen de Estados Unidos al Perú, se presenten en la embajada de España donde los diplomáticos los esperarán con los documentos que les permitirían vivir legalmente en su reino. Aunque usted no lo crea.
La pareja y su menor hija regresó a Lima y luego viajaron a Madrid, siguiendo las indicaciones del Rey Juan Carlos y se reencontraron con sus familiares.
Gracias a esta buena señora ahora todos ellos viven en la capital española tiritando de frio en esta temporada y algunos ya fueron vacunados contra el coronavirus.