Por Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara, Sociólogo, MBA
“Debemos ordenar el caos. Y no tengo duda de que el mejor y más veloz
método es implantar la ley del pueblo en vez de la de la turba.” Gandhi
En el Perú todos está experimentando cambios internos significativos, en la capital de la república y en las regiones con culturas e historias y teorías tradicionales de orden tan divergentes; que son interpretadas desde diversas miradas políticas y sociológicas.
En este desorden social tan divergente, los discursos de los parlamentarios, políticos, y dirigentes sociales están marcado por el odio del uno hacia el otro, por verse diferentes. Hay un orden violento que destruye la propiedad pública y privada, y hay un discurso violento que denigra al otro.
El discurso violento como las acciones violentas no con llevan al diálogo. En la historia política de los conflictos sociales, y guerras, el dialogo ha sido y es la pieza más importante de juego, para lograr la legitimidad de un sistema común.
La empatía es el respeto a las diferencias de opiniones. Es un intento intencional y activo de tratar de entender la visión del mundo que tiene la otra persona, sus emociones.
La empatía es un elemento esencial de una sociedad que desea progresar y los valores son trascendentales para el bien común en una sociedad, ya que promueven la ética del cuidado y el fortalecimiento de las relaciones humanas, lo que permite una sana convivencia, frente a la situación de conflicto social, crisis de representatividad política de los partidos.
La ciudadanía social puede ser otro vehículo social que a través del liderazgo de ciudadanos independientes aperture el dialogo ciudadano para lograr un equilibrio y el orden social.
Para triunfar en este esfuerzo ciudadano se requiere de un enfoque que respete tanto la multiplicidad de la condición humana de todos los ciudadanos de un país, como la arraigada y también humana búsqueda de libertad de opinión, expresión y movimiento en su propio territorio nacional.
En este sentido, el orden es algo que debe ser cultivado; no se puede imponer, sobre todo en nuestra era de comunicación instantánea y de un continuo cambio políticos en la era de la globalización, hoy el mundo percibe y observa los conflictos que ocurren en el mundo, para nadie es un secreto.
¿Podrán mantener la legitimidad de un sistema común?
En cualquier sistema, para poder sostenerse, debe ser aceptado como tal: no solo por los dirigentes, políticos, legisladores, sino también por los ciudadanos de a pie. Debe reflejar dos verdades: El Orden y la Libertad.
El orden sin libertad se puede mantener por efecto de la exaltación momentánea, tarde a temprano crea su propio opuesto; pero la libertad no puede garantizarse sin sostenerse en un marco de orden que mantenga la paz. Orden y libertad, aunque a veces se describen como los polos opuestos en el espectro político, deberían comprenderse como factores interdependientes. ¿Los políticos de hoy pueden superar las urgencias cotidianas para lograr este equilibrio en el Perú?