Tiene que ver con la fiesta de San Juan y es uno de los platos típicos de la selva peruana, preparado en base a arroz y presas de gallina envueltos en hojas de bijao.
He tenido la suerte de probar este rico plato que sirven acompañado de tacacho o plátanos fritos, cada vez que viajé a alguna de las varias hermosas ciudades de nuestra amazonia.
No es tan simple como decir arroz con gallina debido a que en su preparación intervienen varios otros ingredientes como huevos, aceitunas, cebollas, ajo, azafrán y orégano. Ají de cocona o ají charapita, con limón, aceite y sacha culantro, acompañan el festín.
La fiesta de San Juan generalmente se celebra saboreando esta delicia a orillas del rio, el más cercano a la ciudad o tal vez el más lejano, en restaurantes improvisados a veces en barcazas o a la intemperie.
El calor de la selva motiva costumbres distintas a las que se practican en otras regiones, comenzando por buscar de manera preferente los ambientes ventilados, con amplias ventanas o al aire libre y música a todo volumen.
Viajar en esta época a la selva inevitablemente nos hace partícipes de la alegría despercudida de su gente, hospitalaria y amable con los turistas que poco o nada habrán conocido del Perú si es que no experimentaron el sabor del juane, que va más allá del paladar.
La palabra “juane” proviene de “huane”, que derivó de “huanar”, que significa “amortiguado” o “cocinado a medias” explica el diccionario.
Otra definición vincula el nombre con las festividades de la celebración cristiana de San Juan Bautista, el que bautizó a Jesús.
Alguien me comentó hace tiempo que la selva es una fiesta y hoy, 24 de junio, es más fiesta que nunca.