“El Heraldo” habían previsto llamar al primer diario cristiano que pretendió publicar el Movimiento Misionero Mundial, hace 15 años, razón por la que fui convocado por el pastor Luis Meza Bocanegra, entre otros representantes de esa iglesia.
El proyecto no prosperó debido a que el tiraje inicialmente previsto superaba largamente cualquier cálculo de venta racionalmente aceptable para el lanzamiento de un nuevo diario, en un mercado que comenzaba a mostrar un declive cada vez más pronunciado.
La aparición de nuevos medios de comunicación, diferentes, más rápidos y económicos ha precipitado el cierre de grandes diarios, centenarios, en el mundo entero.
Las nuevas generaciones acceden a las noticias a través de la televisión, redes sociales y versiones digitales de los mismos diarios, en un proceso revolucionado por la invención del teléfono digital y las computadoras personales.
No fue aceptada mi propuesta de comenzar con un tiraje menor para ir creciendo en la medida que la respuesta del mercado lo permitiera.
Di un paso al costado, opté por continuar en la radio a la que accedí también por invitación de ellos mismos y el equipo que formamos quedó a cargo de la revista “Impacto Evangelístico”, que resultó ampliamente favorecida con el concurso de excelentes profesionales del periodismo.
El paso de los años no ha hecho más que confirmar una tendencia que está significando el cierre de diarios en todo el mundo, mientras en el Perú languidece una actividad venida a menos por el peso de la revolución tecnológica.
“El Heraldo” en versión íntegramente digital, con textos de “Impacto Evangelístico” e imágenes y audios de “Bethel”, podría ser la propuesta efectiva y moderna llamada a llenar el vacío de comunicación que existe en el mundo cristiano. Un reto para periodistas jóvenes formados en el manejo de las nuevas tecnologías.