El presidente de Hungría anunció su dimisión tras ser acusado de plagio. La Universidad Semmelweis de Budapest decidió retirarle el título en abril del 2012 por haber copiado gran parte de su tesis.
La tesis se titula “Análisis del programa de los Juegos Olímpicos modernos” y el ex presidente Pál Schmitt la presentó en 1992 y tuvieron que pasar 20 años para que se hiciera público el fraude.
Un portal de Internet, hvg.hu, publicó un artículo en el que sostenía que 180 de las 215 páginas que tiene la tesis de Schmitt es traducción del francés al húngaro del trabajo de Nicolai Georgiev, un investigador búlgaro ya fallecido. Otras 17 páginas fueron recolectadas de un autor alemán, Klaus Heineman.
El ex presidente húngaro, con vergüenza en la cara, que es un sentimiento de culpabilidad que algunas personas desconocen, expresó “Ahora que mi situación personal divide a mi amada nación en lugar de unirla, mi deber es poner fin a mi servicio y dimitir de mi cargo de presidente”.
Vergüenza es un sentimiento que comienza por reconocer nuestros errores y abriga una autocrítica que motiva podamos corregirlos.
Schmitt fue dos veces medalla de oro olímpico en esgrima, pero esta vez no pudo eludir los golpes que le asestó la espada de la prensa en un portal por internet. Gobernó Hungría entre agosto de 2010 y abril de 2012.
El país se había dividido entre quienes apoyaban a su presidente y quienes exigían su renuncia, por un asunto que, en sociedades diferentes a la peruana es condenado como el fraude, el robo y la estafa, nivel en el que consideran al plagio en una tesis de grado.
Hungría es un país de Europa con una población de menos de 10 millones de habitantes que soporta en estos días una enorme migración de ciudadanos de Ucrania, país vecino atacado por Rusia.
Otro caso famoso de plagio fue el de Karl Theodor zu Guttenberth, ministro de Defensa alemán que tuvo que renunciar luego de ser denunciado de plagiar en su tesis doctoral. La Universidad de Bayre uth le retiró el título de doctor.