En el siglo pasado, cuando la presencia de migrantes italianos era notoria y notable en Tacna, no resultaba extraño el uso de palabras trasplantadas de un idioma cuyas raíces se confunden con el español y de pronto escuchamos decir ecolecua.
¿Y qué significa eso?
Quiere decir que está bien, exactamente, precisamente, justo. Es la aprobación a lo hecho o dicho por la otra persona.
Eccoli en italiano quiere decir exacto, preciso.
En castellano carecemos de una palabra que tenga el mismo peso y significado, aprueba y felicita al mismo tiempo, es un estímulo, un aplauso, es la aprobación a eso que acabas de decir o hacer.
Resultaba alentador escuchar el ecolecua a la Nona Basili o al tío Queco que, aunque dominaban el castellano dejaban escapar algunas palabras de su idioma natal para expresar esa conformidad que los niños buscan de sus mayores y los adultos a sus empleadores.
Era adolescente cuando las misas católicas se celebraban en latín de modo que nunca nos resultó extraño el idioma de los bachiches.
Buongiorno, buona sera o arrivederci siguen formando parte del lenguaje corriente en algunas familias descendientes o cercanas a esos migrantes, ciao.