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sábado, noviembre 23, 2024

DIFAMACIÓN Y LIBERTAD

Antes renegaba, pero con el tiempo aprendí que es mejor reir cuando veo a más de un viejo periodista de mis tiempos, proclamando furibundas condenas al sistema judicial por la sentencia a los periodistas Christopher Acosta y Gerónimo Pimentel por el delito de difamación agravada en el libro “Plata como cancha” sobre la vida de César Acuña. “No debería estar más en la política peruana” sentencia uno, poniéndose en el lado de los periodistas y rechazando al político trujillano-chotano.

Lanzan sesudos editoriales en defensa de la libertad de prensa y furibundas diatribas contra el gobierno por lo que consideran poco menos que el fin de la libertad de expresión en el Perú.

Son los mismos periodistas que fueron cómplices del atropello contra la libertad de prensa durante la dictadura de Juan Velasco Alvarado, cuando intervinieron todos los diarios, emisoras de radio y estaciones de televisión al amparo del Estatuto de la Libertad de Prensa.

Son los mismos que desde cómodos escritorios del Sinamos y con jugosos sueldos del Estado decidían cuáles eran los parámetros dentro de los cuales los peruanos podíamos expresar nuestra opinión.

La sentencia sobre el libro “Plata como Cancha” todavía debe pasar por otras instancias, incluso internacionales. No es una sentencia firme, ha sido apelada y lo más probable es que se anule, revoque, ablande y archive y al final nadie irá a la cárcel, ni habrá multa alguna y el libro se seguirá vendiendo como pan caliente y la libertad de prensa bien gracias.

César Acuña debió entender hace tiempo que el costo de ser personaje público es su vida privada, su vida íntima. Así que ¿para qué tanta chilla de los cómplices de la dictadura de Velasco? ¿Por qué se arañan la cara y desatan las trenzas?

La justicia tendrá que corregirse a sí misma salvo que prefieran fallos internacionales que les enmienden la plana y los malos jueces, como con los malos policías, deberían ser retirados del sistema como mínimo castigo a sus errores.

Y los cómplices del mayor atropello jamás cometido contra la libertad de prensa en el Perú, durante la dictadura de Velasco, a quien adularon durante años, será mejor se queden callados, que los atropellos contra la libertad de prensa se están cometiendo en otros escenarios que tienen que ver con incumplimiento de la ley de transparencia y acceso a la información. Ese es otro asunto que prefieren callar, no opinar y hasta se revuelcan en el saqueo de los fondos públicos, repartija de planillas rojas y complicidad con la arqueología ideológica de estos días.

 

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