Hace algunos años trabajé en el ministerio del Interior y tuve una guapa secretaria que se divertía cada vez que se acercaba a saludarla un general galante que le decía un poco en broma y en serio, dieciocho los ojos que te ven.
El dicho habla de dichosos, no dieciocho, para subrayar que la persona se alegra de volver a ver a su interlocutor.
Es una frase alegre que saluda el reencuentro con alguien que dejó de ver algún tiempo.
Es un halago, un cumplido, un piropo que debe ser respondido con algo así como: el gusto es mío.
Dichosos los ojos de ustedes porque ven y sus oídos porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y otros justos anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; quisieron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron. Mateo 13:16-17