Es un dicho que anuncia el comienzo de una nueva etapa en relaciones que se fueron deteriorando, al extremo de dejar los buenos modales para entrar a las agresiones frontales y sin disimulo.
Enterrar el hacha de guerra es todo lo contrario, de una actitud hostil pasan a ser nuevamente muy buenos amigos.
El hacha de guerra es un arma que durante mucho tiempo fue el símbolo de tiempos belicosos. A diferencia de las hachas de uso civil o doméstico, las de guerra suelen ser más livianas y eran usadas también como armas arrojadizas.
El origen del dicho está en los nativos norteamericanos que acostumbraban enterrar y desenterrarlas, según la ocasión.