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sábado, noviembre 23, 2024

DERECHO PREFERENTE

Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos, dice la declaración universal de los derechos humanos. No se trata de un derecho a mirar el proceso educativo, sino a escoger el tipo de educación que prefieren para sus hijos.

En nuestro país la educación pública, estatal y privada, debe seguir un protocolo que incluye un currículo escolar obligatorio y los promotores de la ideología de género alegan que el derecho de los padres se refiere a “participar en el proceso educativo, lo que no necesariamente significa decidir o vetar contenidos”.

Y entonces debemos decirles que “derecho a participar” como indica nuestra constitución política, no significa derecho a mirar, derecho de vista, como dicen por ahí. Sería como que a uno lo inviten a participar en un almuerzo, pero solo para ver comer al resto, solo a mirar. O participar en un campeonato de fulbito, pero para aplaudir desde las tribunas.

No, el derecho a participar que señala la constitución, guarda relación con el “derecho preferente a escoger” como dispone la declaración universal de los derechos humanos, de la cual el Perú es signatario, y en consecuencia de obligatorio cumplimiento.

Cuando la mayoría de padres de familia cuestiona la ideología de género, los promotores de la ideología descubiertos en su ilícita maniobra buscan impedir su participación recurriendo a fallos de jueces ideologizados, para torcer lo que expresamente señalan los tratados internacionales, la constitución, las leyes y los reglamentos.

Derecho preferente de los padres de familia en la educación, significa que la preferencia sobre lo que se va a enseñar a sus hijos la tienen los padres de familia. La preferencia no la tiene el Estado, ni mucho menos organizaciones no gubernamentales sirvientes de organismos multilaterales comprometidos con la colonización ideológica.

Los caviares son tan poderosos que pueden cambiar la declaración universal de los derechos humanos, no me cabe ninguna duda. Lo que no podrán cambiar es el derecho preferente que tenemos los padres de familia a decidir sobre lo que queremos que aprendan nuestros hijos y cómo.

Libros con links para que los niños ingresen a páginas pornográficas o versiones sobre el terrorismo donde los subversivos son los héroes y nuestros militares los villanos, abonan en la necesidad de revisar el ministerio de educación, desde el ministro hasta el último de sus burócratas.

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