Se refiere a la costumbre medieval que permitía a los señores feudales tener relaciones sexuales con las jóvenes próximas a contraer matrimonio. En Europa Occidental, en la edad media, se le conocía también como el derecho a la primera noche.
Similares costumbres se practicaron en otros tiempos y lugares como en Latinoamérica, donde autoridades, hacendados o empleadores sometían a servidumbres sexuales a mujeres indígenas o trabajadoras, tradición tolerada socialmente y consentida por las familias, hasta la revolución mejicana.
Los investigadores señalan el origen de la costumbre en antiguos ritos de primitivas culturas, aunque siguieron practicando ceremonias de iniciación sexual hasta mediados del siglo pasado, en diversos lugares.
Lo crudo del tema e inexistencia de pruebas documentales amparan teorías que pretenden negar la existencia de este atavismo, semejante al comportamiento de algunas especies animales.
Sucede que algunas costumbres perduran en el tiempo, a través de los siglos, por transmisión oral; prefieren no dejar registro de algunas conductas.