Era un conocido ingeniero de minas y empresario minero natural de Apurímac. En 1992, al momento de producirse su secuestro y posterior asesinato, desempeñaba el cargo de Presidente del Instituto de Ingenieros de Minas, y no poseía ninguna vinculación político partidaria conocida.
La información obtenida por la Comisión de la Verdad y Reconciliación permite establecer que el 11 de septiembre de 1992, aproximadamente a las 14:15 horas, en circunstancias que se desplazaba en su camioneta por la avenida Tomás Marsano en el distrito de Surquillo (Lima), David Ballón Vera fue interceptado por miembros del MRTA. Los subversivos a bordo de una ambulancia, cerraron el paso al empresario y de la misma bajaron Sergio Morillo Rojas (a)“David” , quien disparó contra la camioneta y Gregorio Cuba Vega (c)“Arturo”, quien golpeó con una comba la luna lateral izquierda del vehículo.
Como “contención” se encontraban Julián Ernesto Cuba Vega –hermano de Gregorio Cuba Vega- y Rafael Salgado Castilla (a)“Negro Bruno”, quien a su vez estaba al mando del operativo y era el conductor de la ambulancia. Los subversivos sacaron de su vehículo al empresario, lo introdujeron a la ambulancia y se dirigieron hacia el distrito de San Borja. A la altura de la Calle Vesalio del mencionado distrito, hicieron un trasbordo e introdujeron al empresario en la parte posterior de otro vehículo, en el cual la víctima fue conducida hacia la denominada “base de Santa Anita”, siempre dirigidos por Rafael Salgado Castilla (a)“Negro Bruno”.
Rafael Salgado Castilla (a)“Negro Bruno” indicó a los otros dos subversivos que debían cubrirse los ojos y permanecer con el rostro hacia abajo. Seguidamente, Gregorio Cuba Vega (a)“Arturo” y Sergio Morillo Rojas (a)“David” subieron con el secuestrado al segundo piso de la vivienda y permanecieron allí como encargados de su custodia durante un día .
La policía al tener conocimiento de este hecho y de otros secuestros que el MRTA venía realizando sistemáticamente en Lima, puso en marcha el plan operativo denominado “Alacrán 1” para la ubicación y captura de los secuestradores. Debe considerarse que durante la realización del operativo “Alacrán 1”, trece meses después del secuestro de David Ballón Vera, no se intervino ningún inmueble en la Avenida Los Constructores (La Molina), por lo que puede presumirse que la víctima fue trasladada desde esa “base” a alguna de las viviendas intervenidas posteriormente en octubre de 1993 o que dicha “base” fue desactivada luego del asesinato del empresario minero.
Transcurridos más de cinco meses de permanecer secuestrado por los miembros del MRTA, la madrugada del 24 de febrero de 1993, el cuerpo sin vida de David Armando Ballón Vera fue encontrado en una calle de la Urbanización Pando, en el distrito de San Miguel.
Lo que la patrulla policial vio en la madrugada fue el cadáver de un hombre con la barba crecida y sumamente delgado, cuyo peso corporal se estimó en unos 40 kilos…”. Debido a que no poseía documentos y a su deteriorado aspecto físico, el cuerpo de David Ballón Vera no fue reconocido y fue registrado como “N.N.” en la Morgue Central de Lima. Sin embargo, fue posteriormente reconocido por sus familiares y sus restos fueron sometidos a los exámenes correspondientes para determinar la causa de su muerte.
De acuerdo con la necropsia practicada, la muerte de David Ballón Vera se produjo a consecuencia de “… traumatismos encéfalo craneano, herida perforante (02) en la cabeza” atribuidos a proyectil de arma de fuego. En el mismo sentido, el examen de medicina forense practicado por la Dirección de Criminalística de la Policía Nacional refiere que el cadáver “… presenta 2 heridas perforantes por proyectil de arma de fuego en la cabeza y lesiones contusas en el rostro…”
Las condiciones del hallazgo del cadáver de la víctima y los citados exámenes médico legales permiten afirmar que el empresario fue sometido a condiciones de privación de alimentos y maltrato físico durante su cautiverio y que fue finalmente ejecutado mediante disparos de arma de fuego en el cráneo por sus secuestradores, quienes abandonaron su cadáver en la vía pública.
Las declaraciones vertidas ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación por los encargados de realizar el secuestro y conducción de David Ballón Vera, permiten afirmar que tales hechos fueron cometidos por las denominadas “Fuerzas Especiales” del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), y que fue asesinado encontrándose en condición de rehén.
Adicionalmente, el análisis de los testimonios obtenidos por la Comisión a la luz de las investigaciones policiales y las declaraciones de otros miembros del MRTA acogidos a la Ley de Arrepentimiento, permite vincular la actuación de estas “Fuerzas Especiales” con otros secuestros realizados en la ciudad de Lima en los meses siguientes y establecer una relación directa con el aparato de seguridad a cargo del ciudadano chileno Jaime Castillo Petruzzi, miembro del Consejo Ejecutivo Nacional (CEN) del MRTA PÁGS. 580-581