Ocurre cuando algo llama la atención del observador y queda prendado de aquello que está mirando, atónito, pasmado, ensimismado, patidifuso y no puede retirar la mirada, está como hipnotizado.
Entonces decimos que se está comiendo a la otra persona con la mirada, no puede sacar sus ojos de ella.
Se la come con la mirada cuando la mira con deseo, con apetito, con pretensión y antojo.
Las miradas, afortunadamente son solamente eso, miradas, que nos salvan de vivir como caníbales.