Cumpliendo con el pago de tributos municipales, que no son los mismos que preocupan a la Sunat, mi esposa extravió su DNI, debido a la mala costumbre de ventanilleros que exigen les entreguen físicamente el documento de identidad para continuar con el trámite. Después alguno de ellos se olvida devolver y perdiste.
Para conseguir el duplicado acudimos a un local del Reniec donde numerosas personas, en la misma condición, pugnan por ingresar a un local que no los recibe debido a que carecen del ticket que para obtener tendrías que haber hecho una cola desde las seis de la mañana.
Y no son de las peores colas. Esas están en los establecimientos de salud pública donde comienzan el día anterior, hay que madrugar en las puertas de hospitales o Policlínicos parta conseguir uno de los pocos cupos de atención previstos para el día.
Algo así como las colas de los padres de familia que duermen en las puertas de los colegios públicos para intentar conseguir matrícula para sus hijos.
Para qué comentar los casos de padres que acuden a comisarías a denunciar la desaparición de una hija, encontrada muerta dos días después.
La relación del “ciudadano de a pie” con el Estado es totalmente asimétrica, no existe una proporción equilibrada entre las partes, si no eres parte del aparato del Estado estás jodido, no eres nadie.
El desprecio y maltrato de la burocracia es reflejo de un Estado fallido, incapaz de atender a las más elementales necesidades de la población. Es algo que debe cambiar y de manera urgente.
No puede ser que existan regimientos de policías cuidando a la presidente, una veintena de ministros, 130 congresistas, jueces, fiscales, alcaldes y hasta a ellos mismos, mientras la población está a expensas de extorsionadores, sicarios, ladrones y delincuentes de toda monta.
Y así como con la seguridad púbica ocurre igual con el Banco de la Nación, servicios de salud pública, migraciones, reniec, colegios, registros públicos, comedores populares…