Es un cajón en el que podemos encontrar de todo, desde tijeras, agujas e hilos de todos los colores, pasando por dedales, alfileres y botones de todos los tamaños, todo mezclado y desordenado,
El origen se remonta a la época en la que no existían grandes tiendas ni almacenes, en los que ahora es tan fácil encontrar trajes y ternos, camisas y pantalones de la talla que mejor nos acomoda. Entonces todo se hacía a la medida del cliente y los sastres guardaban trozos de tela, botones e insumos que sobraban de cada encargo.
Cuando había necesidad de remendar, acudían al cajón donde encontraban siempre la solución al problema.
Suelen decir cajón de sastre a las personas de gran imaginación, con muchas ideas y proyectos en su mente, que enredan y confunden a menudo, sin precisar metas y objetivos claros y definidos.