Decimos le está buscando tres pies al gato cuando alguien trata de complicar un asunto, intenta justificar algo con argumentos que no corresponden o pretende explicar aquello que no tiene justificación válida,
Y como sucede con muchos dichos, contiene una expresión deliberadamente errada puesto que bien sabemos que el gato no tiene pies, tiene patas y son cuatro, de manera que es fácil encontrar tres de ellas.
Hay una explicación que no comparte la mayoría de las personas entendidas en estos asuntos de los dichos y los estudian y exploran desde su presunto origen: se trata de una deformación de un dicho usado antes del siglo XVII que por algo fonético cambio el número que anteriormente era cinco.
Y entonces adquiere sentido eso de buscar la quinta pata al gato, que podría ser la cola.
En el congreso son los niños quienes se pasan la vida explicando cómo fue que no vendieron su alma al diablo y los “mochasueldo” con la cantidad de pretextos para quitar parte del sueldo a sus colaboradores más cercanos.
Me temo haber caído en eso que queríamos demostrar (LQQD) y la explicación no nos llega a convencer, por eso será que los dedicados a la semántica rechazan esta teoría y me acusarán de estar buscando tres pies al gato.