Como su nombre lo indica pertenece a la banda de los Rodríguez, como les dicen en broma a los Rodríguez Banda, pero dedicó toda su vida a un oficio diferente al de los grandes negocios que tienen como buque insignia la Leche Gloria.
Es uno de los colegas a quienes recurrí con frecuencia para que comente y opine en Radio Bethel, debido a su experiencia de medio siglo dedicado con zapatos y todo a esa pasión que llamamos periodismo.
Conocí a Bernardino Rodríguez Carpio cuando estuve en Correo de Tacna, él en Correo de Arequipa y más de una vez nos visitó para participar activamente en los congresos de periodistas que se estilaban cuando las amenazas se convertían en despidos masivos, deportaciones y prisión.
Su vocación y abierta identificación con los gremios profesionales del periodismo lo llevaron a la presidencia de la Federación de Periodistas del Perú FPP y a ocupar cargos directivos en el Colegio de Periodistas.
Entre otras publicaciones ha escrito “Un capricho llamado Mollendo” y actualmente está cerrando la edición de un libro sobre la historia de ese puerto, por encargo del Fondo Editorial de la Universidad Católica Santa María, con motivo del 150 aniversario de la creación de Mollendo.
Y es que como buen mollendino conoce al derecho y al revés lo que ha ocurrido y lo que viene sucediendo en la provincia de Islay y por ejemplo el proyecto minero Tía María.
Tuve la suerte de disfrutar entretenidas tardes con colegas amigos y apreciar del panorama playero desde su pent house en Miraflores.
No se ha podido sacudir del dejo caharacato que lo delata en su conversación siempre amena y entretenida, llena de anécdotas y rica en nombres y fechas de sucesos que lo impactaron en el oficio de buscar la verdad tras cada noticia, junto a toda información.
Un hijo le ha seguido los pasos y estudió en Argentina los secretos de un oficio entretenido, lleno de sobresaltos y sorpresas que llueven con el vaivén de la política.