Para que el congreso apruebe la ley de adelanto de elecciones se requiere al menos de 87 votos y eso significa tener el apoyo de todas las bancadas o casi todas y la izquierda radical condiciona su voto a la convocatoria a una asamblea constituyente, lo que constituye un chantaje inaceptable.
Avanza País y algunos de Renovación Popular, que son la extrema derecha, igualmente condicionan su voto a que las elecciones se convoquen para abril del 2024.
La votación de ayer fue de 49 votos a favor, 33 en contra y 25 abstenciones, de modo que la propuesta tendrá que volver a votarse.
Lo de la asamblea constituyente ha sido rechazado por el congreso y la mayoría de peruanos. Las reformas que requiere pueden hacerse a través del mismo congreso, siempre que cuenten con consenso, con respaldo mayoritario.
Y quienes rechazan el proyecto de adelanto de elecciones para fines del próximo año sostienen que se requieren de unos tres o cuatro meses más, para hacer reformas como volver a tener senado, reelección por una vez y reorganización de los órganos electorales (JNE, ONPE Y RENIEC).
La revolución del lapicito se redujo ayer a la ciudad de Huamanga donde hubo otros ocho muertos y fue incendiada la sede del poder judicial. Hasta el momento el número total de fallecidos es de 20 y cerca de 100 hospitalizados.
La interrupción del tránsito en las carreteras se redujo a algunas vías en regiones del sur como Cusco, Puno, Ayacucho y Arequipa y el uso de explosivos por parte de mineros ilegales obliga a la intervención del ejército en una zona de Arequipa en la que anteriormente hubo varias muertes por enfrentamientos entre mineros.
Los caviares, como cuando acabaron con el gobierno de Manuel Merino, reclaman la renuncia de Dina Boluarte, para pretender hacer algo similar a la absurda designación de Sagasti, pero esta esta vez nadie cae en su juego.
Los revoltosos que vinieron a Lima financiados por el narcotráfico comenzaron a regresar a sus lugares de origen y la asonada convocada desde el calabozo fracasó estrepitosamente gracias al despliegue policial que impidió desmanes en el centro de la capital.
La estrategia de convocar a una asamblea constituyente a la chilena se fue al mismo tacho en el que terminó el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo.