Artista plástico es aquel que aplica en sus obras distintas técnicas, como la inteligencia artificial, con variados materiales y generalmente rompe con moldes y estereotipos para de una manera artística presentar resultados asombrosos, geniales, admirables.
Antonio Zegarra es uno de los más destacados artistas plásticos de nuestro país, en estos días y como también suele ocurrir, mejor reconocido en galerías de Europa y Norteamérica que en el Perú.
Acaba de inaugurar hace dos días una exposición de algunas de sus obras, de gran formato, en una sala ubicada en el primer piso de la Clínica de Frank Zegarra ubicada en la cuadra 8 de la avenida Primavera, en Surco.
Ambos, Antonio y Frank, son hijos del cirujano Walter Zegarra de quien heredaron su inclinación por el arte y la medicina. Ambos son médicos, pero Antonio prefirió cambiar el mandil de cirujano por el de artista. Gissel Zegarra, la hermana, estuvo con ellos, como siempre. Ella también trabaja en la atención de pacientes que acuden a los servicios de cirugía estética que brinda la clínica.
Un enorme retrato de María Callas, de la altura de una pared, que cambia de colores y elementos que lo rodean fue uno de los que más llamó la atención.
Esta vez la mayor parte de sus obras tuvieron que ver con imágenes de personajes famosos como María Félix, Ludwig van Beethoven, Vincent van Gogh y Szyszlo.
Respetando todos los protocolos recomendados para la pandemia hubo un sencillo acto de inauguración al que asistieron invitados como el destacado artista trujillano Sergio Aranda, autor de los murales que adornan los exteriores de la Universidad Nacional de Trujillo.
“La pandemia me obligó a investigare sobre artistas que habían plasmado a la muerte en arte, como la obra “El triunfo de la muerte” de Pieter Brueghel, o de artistas que murieron con pandemias como la peste negra en el caso de Tiziano o el SIDA con Keith Haring o Klaus Nomi y a otros la muerte les toca en la soledad y el olvido como Edvard Munch. En conclusión, la muerte resultó ser una grata inspiración” dice Antonio Zegarra.
Walter, su padre, lidera desde hace muchos años campañas de operación gratuita de labios fisurados y paladar hendido a niños de distintas regiones del país, que le han valido ser reconocido por el Club de Leones, a nivel mundial, como “El Apóstol de la sonrisa”.