Por Antero Flores-Araoz
Hay elementos en que la utilidad confronta con el ornato, como son por ejemplo los postes de suministro de luz eléctrica y telefonía fija, con sus telarañas de cables, con tal congestión que no sé cómo no hay más accidentes. Con el correr de los tiempos y en nuevas lotizaciones y urbanizaciones, se estila el cableado subterráneo, más caro, por cierto, pero que no afecta al ornato urbano.
Algo similar sucede con los avisos publicitarios en calles y carreteras, en que el avance tecnológico los ha hecho menos aparatosos que antaño y, que con la utilización de moderna iluminación es más amable a la vista. Seguramente con el tiempo, podrá suceder lo mismo con los espantosos postes para telefonía móvil, en que todavía, pese a la norma, son muy pocos los que se han logrado mimetizar con la naturaleza, al ser decorados con ramas y hojas artificiales.
Ciertamente los postes de telefonía móvil o celular son horribles, pero cumplen su función, pese a que sean un atentado a la vista. Por ahora no hay avance tecnológico que nos permita, a costos razonables, prescindir de dichas antenas.
Como quiera que sin las famosas antenas no tendremos telefonía móvil satisfactoria y, teniéndose en cuenta que eran infinidad las autoridades que querían tener competencia en cuanto a los lugares de ubicación, apariencia de las antenas, alturas de ellas e infinidad de otras cuestiones, que hacían los trámites abusivos e interminables, por fin el Estado entendió que había que centralizar el tema de dichas antenas en OSIPTEL que lo ha venido realizando satisfactoriamente.
Empero, las municipalidades aún tienen ciertas competencias que no las usan con razonabilidad y generan más conflictos que soluciones, lo que nos hacía acordar a alcaldes que se ufanaban de la modernidad de sus distritos a los que querían convertir en distrito financiero, pero ¡oh sorpresa!!! sin postes de telefonía móvil, con lo cual era incomprensible como en el siglo XXI podría haber modernos servicios financieros con pésimas comunicaciones, por la carencia de antenas suficientes.
Bueno pues y una pena, en lugar de estar avanzando con la reducción de trámites y la facilitación de las comunicaciones telefónicas a los usuarios, se les complica la vida innecesariamente, tan es así que el Ministerio del Ambiente, quiere meter su nariz donde no le corresponde y, ha pre publicado el proyecto de norma en dicho sentido.
Esperemos que la propuesta no llegue a puerto, pues lo único que lograría es hacer más largos los trámites para autorización de antenas, con el agravante que hemos podido observar durante la emergencia sanitaria que, en momentos se saturaba el servicio telefónico, incluso suministro de Internet, en perjuicio de los usuarios inmersos en el indispensable teletrabajo que nos cambia la vida.
Hay autoridades que son metetes o metiches, o como antiguamente se decía “metementodo”, cuando ni siquiera cumplen a cabalidad con sus funciones, sino miremos la minería ilegal con afectación del medio ambiente, la penosa deforestación, y la acumulación de desperdicios en ríos, lagos y mar.