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sábado, noviembre 23, 2024

ALFONSO BARRANTES LINGÁN

Fue el primer izquierdista que llegó a la alcaldía de Lima por votación popular y mucho tuvo que ver su don de gente para que consiga ganar la confianza del elector limeño, generalmente inclinado a posiciones conservadoras.

Lo que sucedía con “Frejolito” es que podía tener ideas de izquierda radical, que sabía presentar con la ecuanimidad que ahora se extraña entre los rojos de nuevo cuño, empeñados en una competencia de agresividad verbal, machitos de lengua, pura boquilla.

Durante diez años vistió luto riguroso por la muerte de su madre razón por la que también era conocido como “El Cuervo”.

Barrantes visitaba los ambientes del Instituto de Periodismo Jaime Bausate y Mesa, donde lo conocí y acudía invitado para exponer esos planes con los que sedujo a Lima y casi lo hacen presidente.

Nació en Cajamarca, en San Miguel de Pallaques y estudió en la Universidad de San Marcos tantas carreras como pudo y así acumuló conocimientos de filosofía, educación y derecho.

Al comienzo fue aprista y luego cambió de camiseta por la del amauta José Carlos Mariátegui, que lo condujo al Partido Comunista, con su consecuente prisión que le aumentó el prestigio entre los izquierdistas, fue un galardón que cualquiera no podía mostrar.

El vaso de leche fue uno de los programas que impulsó desde el municipio y se coinvirtió en importante ayuda para familias pobres que igualmente fueron asistidas con la promoción de comedores populares.

Renunció a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de 1985, en las que Alan García sacó amplia ventaja.

Jamás nadie le ha podido acusar de algún delito. Fue un hombre honesto con su ideología y su vocación de servicio público.

Enfermó de cáncer y todos los esfuerzos de la medicina cubana resultaron vanos. Falleció en La Habana el 2 de diciembre del 2000.

 

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