Fue uno de los muchos valientes periodistas que sufrió destierro durante la dictadura de Juan Velasco Alvarado. Poco o nada cuentan a los estudiantes de periodismo o ciencias de la comunicación, de los periodistas que hubo en el pasado reciente y su lucha por la libertad de expresión.
Baella fue periodista del diario “El comercio”, abogado, congresista, director del semanario “El tiempo”, de los programas de televisión “Frente a frente” y “Cámara acción” y autor de varios libros, algunos sobre los horrores vividos durante los doce años del experimento del socialismo castrense.
En “El poder invisible” narra los primeros mil días del gobierno de Velasco y en “El miserable”, desde la visita del presidente comunista de Chile Salvador Allende, hasta el golpe de Morales Bermúdez en el año 1975. En el “Secuestro” hace una minuciosa descripción del secuestro que sufrió junto con un grupo de políticos y su deportación a Venezuela, en la etapa de Morales Bermúdez.
En “¿Qué pasa?” reproduce una serie de artículos suyos en los que analiza el proceso de retorno al régimen democrático y constitucional.
Varias veces clausuraron su semanario “El Tiempo”, como en el pasado lo había hecho el General Odría con “El popular”, otra de sus creaciones periodísticas.
Tuve ocasión de trabajar en el programa “Cámara acción” que se producía en su domicilio en La Molina Vieja, con participación de dos de sus hijos y un pequeño grupo de colaboradores. Eso me dio oportunidad de saber de primera fuente de sus convicciones políticas y su irreductible defensa del sistema democrático y la libertad de prensa.
A fines del siglo XX conocí a una de sus nietas, con quien tuve el gusto también de laborar muy breve tiempo en un canal de televisión y ella me contó que su abuelo padecía de Alzheimer. Después supe de su muerte ocurrida a fines de febrero del 2017