En estos días que soplan nuevos vientos de cambio con apellido radical, bueno será comencemos por conocer mejor el mapamundi y revisemos nuestra ubicación geográfica para entender correctamente quienes somos en el planeta, dónde y cómo estamos.
Recibí copia de un programa de televisión de Jaime Bayly con Roberto Maclean, colgado en YouTube, a propósito de la comisión del gobierno encargada de ver la controversia de delimitación marítima con Chile, antes del fallo del 2014.
Para tratar de hacerse entender Roberto, miembro de esa comisión, explicó que había que comenzar por darnos cuenta que nuestro país está ubicado de manera transversal, en diagonal, con una inclinación de 45 grados.
“Todo el mundo en el Perú afirma con total seriedad que Iquitos está en el oriente peruano, la transacción mayor es que está en el nororiente y que Tumbes está en el norte, y Trujillo es el sólido norte. El norte es absolutamente Loreto. De acuerdo a los paralelos y meridianos, si uno vuela de Lima a Iquitos y sigue en línea recta va a pasar por el polo norte. Iquitos está al norte de Lima.
Bayly se sintió sorprendido con la explicación que más que jurídica resultó una lección de geografía del Perú y el mundo, distinta a cuantas habíamos recibido a lo largo de nuestras vidas.
Si trazas una línea desde Lima hacia Iquitos y sigues hacia arriba pasarás por Nueva York y el Polo Norte. No ocurre eso mismo si trazas la línea hacia Tumbes, sigues y pasarás seguramente por Siberia, pero no por el Polo Norte, por ningún polo. El Perú limita con el Océano Pacífico por el noroeste.
El nuevo gobierno tendría que comenzar por dar una mirada a nuestros libros de geografía, para situarnos y entender cómo es que nos ubicamos en el mapa y definir con más precisión que no limitamos con Ecuador por el norte, mejor es noroeste.
Son conceptos básicos que estuvieron mal planteados y peor enseñados en los colegios, por un sistema educativo que merece una total revisión. Si así nos enseñaron la geografía, cuántas cosas no se podrán decir de la forma como nos enseñaron la historia y hasta las matemáticas.
Los cambios que se vienen más adelante, si pretenden ser radicales, tendrán que comenzar por el principio, por corregir ideas y conceptos básicos equivocados con los que hemos crecido como este que tiene que ver con los puntos cardinales.
Otro concepto, tocado de relancina en la misma entrevista, tiene que ver con la errada idea que algunos tienen de las soluciones salomónicas, la mitad para cada parte, cuando no fue así o la parábola del buen samaritano que los curas no saben explicar, dice Roberto, y dejaré lo haga en otra nota, muy pronto, cuando disponga de suficiente espacio para transcribir íntegramente su comentario.
