Es un dicho antiguo que consuela a quienes dejan pasar una oportunidad de éxito que estaba muy cerca, aparentemente muy fácil y se usa respecto a diversas actividades y circunstancias.
Un goleador, jugador profesional de futbol patea mal la bola cuando había que darle un pequeño toque y anotar el gol.
Todos podemos descuidarnos en algún momento de nuestra vida y por muy expertos podemos cometer errores en aquello que suponemos somos infalibles.
Le puede ocurrir a un orador brillante acostumbrado a dictar conferencias magistrales que de pronto cometen un dislate, un desatino, un disparate.
Matemáticos que dominan las operaciones básicas de memoria como la suma, resta, multiplicación y división pueden errar a la hora de sacar la cuenta en el mercado.
El famoso cantante internacional deja escapar un gallo en pleno concierto y el público lo festeja.
Al mejor cazador se le escapa la paloma se sigue usando como dicho muy esporádicamente y en algunos lugares cambian la paloma por una liebre.
Es una forma de reconocer que los seres humanos nos podemos equivocar precisamente en aquello que suponemos es de nuestro completo dominio.