Vivir al filo de la navaja es estar en permanente peligro, entre el bien y el mal, expuesto y vulnerable a cualquier agresión que puede acabar con todo.
Decimos que alguien vive al filo de la navaja cuando sabemos que tiene una conducta audaz, expuesta a peligros, acostumbrado a realizar actos temerarios.
El filo de la navaja es una novela de W. Somerset Maugham, de contenido filosófico que se plantea la disyuntiva de vivir entre el materialismo o la espiritualidad y a esta publicación le atribuyen el origen del dicho.
Ser político en el Perú es vivir al filo de la navaja, entre la artillería pesada del eterno descontento y el goce de prerrogativas y ventajas de una casta privilegiada.