El 28 de enero publiqué en este mismo espacio “Mi pronóstico es que se le acabó el tiempo a Mirtha Vásquez y ha llegado el momento de la tantas veces anunciada renovación ministerial, que, dicho sea de paso, marcará el rumbo del gobierno para los próximos meses”.
No me equivoqué y expliqué la razón que no es otra que el fracaso en el manejo de la crisis del corredor minero del sur que paraliza las operaciones, nuevamente, en Las Bambas.
Las mesas de diálogo que encabezó en nombre del gobierno para solucionar el bloqueo del corredor, estaba cantado, fracasarían y eso ocurrió…los que cometen este delito pertenecen a comunidades ubicadas a más de 100 kilómetros de Las Bambas.
Mirtha Vásquez se apuró en difundir una carta de renuncia en la que coincide con Avelino Guillén al sostener que la crisis en el ministerio del Interior es un problema estructural de corrupción, en diversas instancias del Estado.
Con cargos tan graves, de gente de su propio entorno, el gobierno de Castillo se tambalea, nuevos ministros incluidos, debido a una acusación constitucional presentada al congreso por un grupo de abogados encabezados por Lourdes Flores Nano. Es una vía distinta a la de la vacancia por incapacidad moral permanente. Ésta se refiere al anuncio de ceder soberanía territorial a Bolivia, considerado traición a la patria.
El nuevo premier Héctor Valer Pinto y la nueva ministra de energía y minas Alessandra Herrera, reciben una papa caliente que deberán tratar con inteligencia y paciencia y ojalá les vaya bien. Es el tipo de conflicto que se convierte en crónico y abona en favor de soluciones radicales como el de la acusación constitucional que puede poner fin a una política que apaña conductas delincuenciales.