Es uno de esos dichos que de ninguna manera puede tomarse al pie de la letra, es un lenguaje figurado, una metáfora para dar a entender que se hace un gran esfuerzo, se pone el mayor empeño para alcanzar o defender algo, incluso tan solo una idea.
Todos los pobladores, hombres y mujeres trabajaron a brazo partido para hacer realidad el colegio que necesitaban para que estudien sus hijos.
A brazo partido los congresistas provincianos consiguieron aprobar la ley que hace posible una mejor distribución del canon minero y evitaron así que el grueso de los tributos siga en el gobierno central.
Los padres de familia salieron a las calles para impedir que se imponga la ideología de género en el currículo escolar, lucharon a brazo partido y consiguieron cambiar a la ministra.
El origen del dicho se remonta a tiempos en los que se luchaba cuerpo a cuerpo, sin armas, sin escudos ni espada, solamente con los puños.
Otros estudiosos afirman que se origina en las pulsadas, cuando dos personas miden fuerzas y el derrotado termina con el brazo doblado sobre la mesa, con el brazo partido.