La primera entrevista política en mi trajinar por el periodismo fue al ingeniero Julio Alva Centurión, a principios de los años 70, cuando me recibió en su oficina, en la Plaza Zela y acudí por encargo del entonces jefe de redacción del diario Correo, Gustavo Salas Morales y el director era don Rodolfo Loret de Mola.
Era uno de los dirigentes del partido aprista y aunque fueron tiempos de dictadura, del general Juan Velasco Alvarado, se atrevía a formular críticas valientes que podían publicarse antes de la expropiación de los diarios.
Dos o tres años después Correo, como todos los diarios y estaciones de radio y televisión de las principales cadenas nacionales, pasó a manos del gobierno y se acabaron esas escasas posibilidades de criticar errores.
Muchos años más tuvieron que pasar, más de 30, para que nos volviésemos a encontrar de casualidad, esta vez en Lima, en Palacio de Gobierno. Él había acudido a realizar alguna gestión como presidente del gobierno regional de Tacna, no sé si con Alejandro Toledo o el premier de turno, que pudo ser Kuczynski.
Le pasé la voz cerca al salón Dorado y conversamos muy poco, debido a que el tiempo vuela y en la casa de Pizarro se hace muy breve. Julio Alva es un luchador que no escatima esfuerzo por conseguir aquello que la burocracia acostumbra escamotear.
Me atendió con mucha amabilidad cuando por razones de trabajo volví a Tacna, mientras desempeñaba la presidencia del IRTP y firmamos un convenio marco de cooperación, que el actual gobierno regional debería desempolvar para mejorar la teleducación.
Cuando Alan ganó su segunda elección y el Apra volvió al poder, Julio Alva me ofreció hablar con el presidente para que continúe en el canal del Estado. Decliné cortésmente y agradecí sus buenas intenciones, sinceramente.
Julio Alva Centurión hace honor al apellido de esos personajes que conocí en Trujillo y felizmente aterrizó por Tacna, para adoptar y vivir con toda intensidad el sentimiento patriótico de los tacneños de corazón.