Ver las estrellas es una promesa que suena hermosa, ¿verdad? Pero, seamos sinceros, si alguien viene y te dice que te va a llevar a verlas, probablemente está tratando de engañarte. Las estrellas están ahí arriba, brillando en el inmenso cielo nocturno, siempre al alcance de la vista.
Todo lo que necesitas hacer es mirar hacia arriba. Pero, ¿qué pasa cuando alguien realmente te hace «ver las estrellas»? Ahí es cuando la cosa se pone seria.
Si alguien logra que veas las estrellas, es posible que no sea de la manera que esperabas. Quizás te ha causado tanto dolor que tus ojos son incapaces de soportar la carga. Esa sensación de que te golpearon justo en el lugar donde más te duele.
Es curioso cómo algo tan bello como las estrellas puede estar relacionado con el sufrimiento. Te hacen pensar en todo lo que te falta, en lo que has perdido o en lo que quisieras tener. Y, en esos momentos, el cielo parece burlarse de ti.