José Francisco de San Martín y Matorras, nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, una ex misión jesuita situada a orillas del río Uruguay en el Gobierno de las Misiones Guaraníes del Virreinato del Río de la Plata, en la actual provincia argentina de Corrientes, que formaba parte del Imperio español. Jugó un papel decisivo en la lucha por la independencia de Argentina, Chile y Perú. Su infancia estuvo marcada por la movilidad geográfica de su familia.
Tenía seis años cuando se trasladó a Cádiz, luego de vivir en Buenos Aires. Después estuvo en Málaga para estudiar en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga a partir de 1786. Su carrera militar lo llevó a combatir en diversas campañas, comenzando en el norte de África y luego enfrentando la invasión napoleónica de España.
San Martín regresó a Buenos Aires a los 34 años de edad, con el grado de Comandante, para ponerse al servicio de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Creó el Regimiento de Granaderos a Caballo, unidad que adquiriría un significado especial en la historia argentina y que tuvo su bautismo de fuego en el combate de San Lorenzo. Derrotó al ejército realista.
Ideó un plan para acabar con todos los núcleos realistas de América del Sur, Argentina, Chile y Perú. Nombrado gobernador de Cuyo, con sede en la ciudad de Mendoza, puso en marcha su proyecto. Desde allí se vinculó con Simón Bolívar, otro líder prominente en las luchas independentistas, pero mantuvo su enfoque en la liberación de Perú.
Tras organizar al Ejército de los Andes, cruzó la Cordillera y lideró batallas decisivas para la independencia de Chile. La travesía de los Andes en 1817, una hazaña logística y militar sin precedentes, permitió que sus tropas cruzaran la cordillera para atacar el corazón del poder colonial en Chile en las batallas de Chacabuco y Maipú. Luego, utilizando una flota organizada y financiada por Chile, atacó al centro del poder español en Sudamérica, la ciudad de Lima,
El 8 de septiembre de 1820, el ejército liderado por José de San Martín desembarcó en la playa de Paracas, cerca del puerto de Pisco, logrando hacer retroceder al ejército realista, que se vio obligado a replegarse hacia la sierra. Este movimiento militar fue crucial para el avance de la causa independentista, ya que permitió a San Martín establecer una posición estratégica en el territorio.
El virrey José de la Serna, contaba con 20,000 soldados distribuidos por el virreinato, muchos de los cuales defendían Lima. Consciente de la presión ejercida por las fuerzas patriotas, intentó ganar tiempo mediante conversaciones diplomáticas, pero éstas no produjeron resultados favorables. Ante este panorama, San Martín tomó decisiones tácticas decisivas, enviando al general Juan Antonio Álvarez de Arenales hacia la sierra para estimular la insurrección entre las poblaciones locales y perseguir a los realistas destacados en esa área.
En noviembre, San Martín desembarcó en Huacho, donde consolidó su posición y comenzó a sitiar Lima. El 29 de enero de 1821, la situación se tornó más favorable para los independentistas cuando altos oficiales realistas se sublevaron contra el virrey Pezuela, quien renunció a su cargo. La llegada del nuevo virrey, De la Serna, y sus propuestas de negociación no lograron interrumpir el avance patriota, pues San Martín exigía la independencia, generando nuevos fracasos diplomáticos.
Finalmente, el 5 de julio de 1821, la deserción masiva del regimiento realista Numancia desmoralizó a las fuerzas leales al virrey, lo que permitió a San Martín entrar victorioso en Lima, sellando así un capítulo crucial en la historia de la independencia peruana.
Posteriormente las batallas de Junín y Ayacucho y el combate del 2 de Mayo sellaron para siempre la independencia del Perú.
San Martín no se trasladó a Buenos Aires luego de derrotar a los españoles debido a que el gobierno de Bernardino Rivadavia no se lo permitió. Argentina pasaba por un periodo caracterizado por un feroz enfrentamiento entre dos corrientes, los unitarios, que abogaban por un gobierno centralizado y fuerte, y los federales, que defendían la autonomía de las provincias.
El episodio de 1823, centrado en la negativa de Bernardino Rivadavia a permitir el regreso de José de San Martín a Buenos Aires, se erige como un ejemplo emblemático de las complejidades políticas de una época marcada por la lucha por la independencia.
Contrajo matrimonio con María de los Remedios de Escalada con quien tuvo una única hija Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada, que lo acompañó hasta sus últimos días, había quedado viudo poco antes de emprender viaje a Europa. San Martín se retiró del Perú y se trasladó a Boulogne-sur-Mer, Francia, donde falleció el 17 de agosto de 1850.