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martes, marzo 11, 2025

LA REBELIÓN DE LOS HERMANOS GUTIÉRREZ

La rebelión de los hermanos Gutiérrez, ocurrió en julio de 1872. Este suceso no solo implicó un cambio de liderazgo, sino que también puso de manifiesto las profundas divisiones que existían en el país en aquella época.

Estaba por terminar el mandato de Manuel Pardo, quien había sido presidente del Perú desde 1872. Era un gobierno civil que buscaba establecer un orden democrático en un país que había estado caracterizado por la inestabilidad militar. Los temores de los militares respecto a la pérdida de sus privilegios eran palpables. Este clima de descontento fue fundamental para que se desatara la rebelión liderada por Tomás Gutiérrez, quien era ministro de Guerra en ese tiempo.

El 22 de julio de 1872 Tomás Gutiérrez, junto a cuatro coroneles, decidió apresar al presidente Balta y autoproclamarse Jefe Supremo de la República. Este acto fue interpretado como un intento desesperado por parte de los militares de mantener el control sobre el gobierno en un momento en que se vislumbraba la ascensión de un régimen civil.

El movimiento fue rápidamente condenado por la armada peruana, contando entre sus filas con marinos destacados como Miguel Grau y Aurelio García y García. Este pronunciamiento naval fue crucial para contener la rebelión y respaldar el gobierno legítimo que, pese a ser civil, contaba con el respaldo popular.

Manuel Pardo, preocupado por su seguridad, se asiló en la embajada brasileña. Esta decisión revela el nivel de tensión que imperaba en el ambiente político, donde la violencia y el peligro eran inminentes. Desde la embajada, Pardo ideó un plan para escapar. A través de techos y casas amigas, logró llegar a Chilca en un intento por encontrar una salida segura del país. Sin embargo, el buque que debía recogerlo no apareció, lo que lo obligó a improvisar y tomar un bote de pescador hacia alta mar.

Pardo finalmente fue llevado por Miguel Grau en el monitor Huáscar. Este hecho no solo destacó la lealtad de Grau hacia Pardo, sino también la tensión existente entre los distintos sectores del ejército y la armada en este periodo.

La rebelión de los hermanos Gutiérrez culminó en el asesinato del presidente Balta, lo que desencadenó una ola de protestas populares en contra del gobierno de facto que los Gutiérrez habían establecido. Este levantamiento popular acabó con la vida de tres de los hermanos Gutiérrez en las calles, incluyendo a Tomás. Las ejecuciones fueron un claro indicativo del rechazo de la ciudadanía hacia la usurpación del poder por parte de los militares.

Pardo, tras estos eventos turbulentos, regresó al Callao y fue recibido con gran júbilo por la población. Este retorno no solo simbolizó el restablecimiento del orden democrático, sino el deseo de la población de un liderazgo civil en contraposición a la militarización del gobierno.

Pardo se dirigió a una multitud impresionante que aguardaba su regreso. Ante este público, pronunció un discurso que comenzó con palabras de agradecimiento y reafirmación de los principios democráticos. Su mensaje resonó no solo con aquellos que habían vivido la incertidumbre durante la rebelión, sino también con aquellos que anhelaban un futuro en el que los derechos civiles fueran respetados.

Este discurso marcó un hito en la historia política del Perú, reafirmando la importancia de la democracia y el rol de un gobierno civil en el establecimiento de un país más estable y justo.

La rebelión de los hermanos Gutiérrez y las violencias asociadas a ella representan un periodo crítico en la historia peruana. Los eventos de julio de 1872 no solo resaltaron la lucha por el poder entre los sectores militares y civiles, también mostraron la voluntad de la población por defender un gobierno legítimo.

La figura de Manuel Pardo emergió fortalecida tras la crisis, simbolizando la esperanza de un cambio hacia una gobernabilidad más participativa y menos militarizada. A pesar de las turbulencias que enfrentó, su retorno al poder indica que el clamor popular por un Perú democrático fue lo suficientemente fuerte como para rechazar intentos de dictadura militar.

Estos eventos nos enseñan que la historia está llena de lecciones sobre la resistencia a la opresión y la importancia de los líderes que están dispuestos a luchar por los derechos de su pueblo. En la memoria colectiva del Perú, la rebelión de los hermanos Gutiérrez permanece como un recordatorio de que los cambios políticos no son fáciles, pero pueden ser alcanzados con determinación y unidad popular.

 

 

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