Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos magos de Oriente que vinieron a Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? Porque hemos visto su estrella en el Oriente, y hemos venido a adorarle». Al oír esto el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él; y reuniendo a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Le dijeron: «En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
‘Y tú, oh Belén, en la tierra de Judá,
no eres la menor entre los gobernantes de Judá;
porque de ti saldrá un gobernante
que gobernará a mi pueblo Israel.'»
Entonces Herodes convocó en secreto a los magos y averiguó por ellos a qué hora apareció la estrella; y los envió a Belén, diciendo: «Id y buscad diligentemente al niño, y cuando lo hayáis encontrado, traedme la noticia, para que yo también vaya y lo adore.» Cuando hubieron oído al rey, se pusieron en camino; y he aquí que la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta posarse sobre el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella, se alegraron sobremanera con gran gozo; y al entrar en la casa vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Entonces, abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Mateo 2:1-11,
Herodes está «turbado», no por la aparición de la estrella, sino porque los Magos le han dicho que ha nacido un «rey de los judíos» lo que entiende que se refiere al Mesías, un líder del pueblo judío cuya venida se creía predicha en las Escrituras. Pregunta a sus consejeros dónde nacería el Mesías. Ellos responden Belén, lugar de nacimiento del rey David, y citan al profeta Micah. El rey transmite esta información a los Reyes Magos.
En un sueño, se les advierte que no regresen a Jerusalén, por lo que parten hacia su propio país por otra ruta. Cuando Herodes se da cuenta de que ha sido engañado, ordena la ejecución de todos los niños varones de Belén «de dos años o menos», basándose en la edad que podría tener el niño con respecto a la información que le habían dado los magos sobre la hora en que apareció la estrella por primera vez.
José, advertido en un sueño, lleva a su familia a Egipto por su seguridad. El evangelio vincula la huida a un versículo de las escrituras, que interpreta como una profecía: «De Egipto llamé a mi hijo.» Esta era una referencia a la salida de los hebreos de Egipto bajo Moisés, por lo que la cita sugiere que Mateo vio la vida de Jesús como una recapitulación de la historia del pueblo judío con Judea representando Egipto y Herodes sustituyendo al faraón.