Suelen decir que la vida, en algún momento, te pasa la factura de los desarreglos que tuviste en la juventud y aparecen las dolencias que llamamos achaques de la vejez.
Todo lo que hacemos en algún momento nos pasa factura, a los tenistas les afecta el codo, al futbolista las rodillas, al bebedor el hígado y al goloso el corazón.
Los gustos, caprichos, deseos y antojos suelen traer malas consecuencias, nos pasan una factura.
En términos contables se trata de un documento que señala una obligación de pago, en la vida diaria es el resultado de un acto que pudo evitarse. También significa reclamar algo a cambio del servicio prestado.