Es prepararse y resignarse a lo que se viene, tolerar las consecuencias de un hecho que las provocó, soportar estoicamente la reacción que provocamos.
El dicho tiene un origen en la marina, son los timoneles quienes tienen la responsabilidad de conducir la embarcación en medio de la tempestad.
Timonel y marineros deben resignarse a soportar el mal tiempo, el mar encrespado, las olas agitadas.
Después de descubierta su última diablura al travieso no le quedó otra que aguantar la marea.
La gente protesta por falta de seguridad pública y todo esfuerzo resulta inútil ante el avance de la delincuencia, a Dina le toca aguantar la marea.
Descubierta por sus padres su última diablura al travieso no le quedó otra que aguantar la marea.