Aplica el dicho a quienes llegan precedidos de gran fama y a la hora de la verdad no alcanzan el nivel de desempeño que estábamos esperando.
Ocurre con cantantes y futbolistas, políticos, actores, bailarines y boxeadores, atletas y malabaristas, magos y equilibristas, entrenadores, gimnastas, ilusionistas y pintores.
A veces le damos demasiada importancia a algo que no vale la pena, creamos falsas expectativas.
Anuncian el caso judicial del siglo, con cientos de implicados y después de algunos años ninguno fue preso.
El ruido que hacemos al romper una nuez a veces no justifica lo que encontramos en su interior.