Es una manera de decir que poco importa la apariencia cuando surge una oportunidad que puede resultar muy beneficiosa, no interesa la apariencia.
No hay que vacilar ante una casualidad que nos puede dar grandes beneficios.
La ocasión conocida también como oportunidad, en la mitología greco-romana es una diosa muy bella, de larga cabellera que le cubre el rostro y en la parte posterior la pintaban calva, sosteniendo un cuchillo con la mano derecha y alas en los talones, según representación del escultor Fidias.
Cuando pasa la ocasión hay que sostenerla inmediatamente, sugieren, debido a que después no habrá posibilidad de cogerla ni por los cabellos, que no tiene. El cuchillo podía romper cualquier atadura.