En buen cristiano podría tratarse de alguien que en un restaurante se adelantó a pagar la cuenta y está dejando abierta la posibilidad de seguir pidiendo otros platos y licores, que tendrán que asumirse en una nueva, como si recién estuvieran empezando la reunión.
Pero no es eso, se trata como en todos los dichos, de asuntos no tan prosaicos y pedestres para referirse por ejemplo a olvidar ofensas, descartar el pasado y comenzar una nueva etapa en una relación que reanudarán.
Puede suceder de un amor o amistad que en algún momento se rompió y están dispuestos a reconstruir, sin rencores.
Ocurre también, muchas veces, cuando cambian un ministro, un presidente, un alcalde o gobernador.
En los antiguos libros de cuentas había momentos en los que se percataban que había demasiados errores y entonces la solución no era otra que hacer un borrón y comenzar nuevamente con la contabilidad.