Es un dicho que nació en Huacho, hasta donde llegó Dionisio en el virreinato, un español aventurero que durante buen tiempo se ganó la confianza de pueblo con una cigarrería convertida también en casa de ahorros, algo así como un Banco.
Cuenta Don Hermógenes Colán Secas, en un trabajo presentado en un curso de literatura peruana, una tradición que narra la historia de cómo un buen día, abandonó el pueblo cargando los ahorros de toda su gente.
Es a raíz de este acontecimiento que se ha dado en llamar a los huachanos «de la cría de Don Dionisio», queriendo decir Don Hermógenes que ellos fueron muy tontos en depositar su dinero en manos de un forastero, creyendo después con toda ingenuidad que aquel había sido el diablo y no un mal hombre que los engañó.
Colán concluye que decir «de la cría de Don Dionisio o de Huacho», es una sentencia que se ha generalizado en toda la República, y es como sinónimo de tonto.
Está usted servido mi querido amigo Héctor Dávila.