Les dicen así a los muchachos y muchachas que gustan pasar mucho tiempo fuera de casa, en la calle, “mataperreando”.
También es una manera de calificar a los viajeros consuetudinarios, frecuentes, les encanta cambiar de aires, visitar otros lugares.
El origen del dicho tiene que ver con los perros que no tienen dueño y vagan por las calles, por la ciudad y algunos que teniendo casa y dueño igualmente escapan, muchas veces en busca de amor.
Mataperro es también una mala hierba venenosa que acaba con la vida de perros, gatos y ratones que no logran vomitarla a tiempo.
Mataperro es el más travieso de la clase, el inquieto, el que jamás está tranquilo, movedizo, buscando hacer alguna diablura.