Suena a incongruencia, se come con la boca, no con los ojos, estos sirven para ver, para mirar, nada más.
Sin embargo, escuchamos decir con frecuencia “se la comió con la mirada”. Ella bailaba marinera, contaba una contertulia y él se la comía con los ojos, se la devoraba.
Dicen que cuando un hombre ve directamente a los ojos de una mujer y después baja la mirada, para volver a hacer lo mismo, significa que le gusta esa mujer, pero baja la mirada porque piensa que está fuera de su alcance.
Cuando una persona sigue insistentemente a otra con la mirada, sospechan, puede existir un interés libidinoso, impúdico, lujurioso.
Otros con la mirada comen autos último modelo, camiones y hasta buques y aviones.