Autor: Mario Rospigliosi Vera. Periodista Colegiado
Ilo fue elevado a la categoría de provincia el 26 de mayo de 1970, mediante Ley N° 18298, gracias a la gestión de su Hijo Ilustre, el Gral. de División EP. Jorge Fernández Maldonado. Desde esa fecha comenzó una nueva etapa para convertirse más que un gran puerto, en una “Puerta al Mundo”, con tres etapas claramente diferenciadas.
Un pasado glorioso, escenario de una cultura que recién se está comenzando a descubrir, un presente que es testimonio de esfuerzo y trabajo de gente que lucha por su desarrollo y un gran futuro, que es de lo que quiero ocuparme. No podemos predecir el futuro, pero se puede planificar para borrar esa frase tan cierta que debemos desterrar para siempre “El futuro negado de Ilo”.
A Ilo-Perú le han puesto diferentes títulos y denominaciones que realmente nos honran: “Ilo, puerto industrial”, “Ilo, el mejor puerto del Perú”, “Ilo, tesoro del Perú”, “Ilo, puerto de ensueño”, “Ilo, puerto de encanto” o “Ilo el mejor regalo de Dios”.
El futuro de Ilo comenzó a cobrar sentido a partir de los años 50′, tal vez antes, pero en ésta década llegó a contar con una gran fábrica de Jabones y Betún (Pacocha, que hasta hoy existe en Lima).
Luego llegaron las Conserveras de Pescado como San Pedro y EPISA, cuyos productos cubrían la demanda nacional y extranjera.
Simultáneamente, en esos mismos años, la Southern Peru Copper Corporation SPCC empezó su etapa final de exploración para entrar en producción la mina de Toquepala, que trajo consigo la fundición de Ilo, el ferrocarril y el terminal portuario.
En esos años la población estimada de Ilo se calculaba entre 3,500 y 5 mil habitantes, no más y por la instalación de estas fábricas e infraestructura de la SPCC, comenzó a experimentar un crecimiento vertiginoso hasta llegar a lo que somos en estos días, alrededor de 100 mil habitantes, tal vez más.
Desde los años 60 Ilo comienza a mostrar que podíamos llegar mucho más lejos, estábamos rumbo a un «Nuevo Futuro». Ilo, avanza raudo con una clara visión de futuro compartido y sigue avanzando cuando el empuje del industrial tacneño Luis Banchero Rossi apuesta por la industria de aceite y harina de pescado y con él estalló el boom de la pesca.
Recordemos todos que hasta hace pocos años Ilo llegó a contar con una Gran Flota Pesquera de aproximadamente 80 embarcaciones de gran calado en el rubro de Pesca Industrial, por la bonanza de la anchoveta. Hay que recordar que llegamos a tener hasta siete fábricas Industriales pesqueras.
Ya se pueden imaginar que con la explotación de la mina de Toquepala, la fundición y el boom pesquero la ciudad creció y creció para que durante décadas contribuyera de manera silenciosa al sostenimiento de la economía local, regional y nacional. La población se multiplicó y con ella sus necesidades y sus demandas también hasta hoy muchas de ellas insatisfechas.
Durante décadas hemos vivido de banales promesas, engaños, traiciones y demagogia política. Ilo, en las últimas décadas, al comenzar el tercer milenio, lo único que ha visto es depredación, devastación, decepción y desactivación del apoyo económico- financiero del Estado, sin considerar el frondoso aporte de este puerto al erario nacional, no se le está dando, ni brindando el apoyo, el soporte, ni la merecida ayuda que garantice bienestar, progreso y desarrollo por su estratégica ubicación geográfica, geoeconómica y geopolítica.
El maltrato viene de los gobiernos nacional y regional y sin temor a equivocarnos podemos afirmar que el avance no sólo se detuvo sino hasta se retrajo.
Proyectos como: Zona Franca, Polo Petroquímico, Pasto Grande, Lomas de Ilo, entre muchos otros menores, sólo sirvieron para promover una gran migración llena de expectativas, desesperanza, desilusión y desesperación, por lo que se predijo y nunca ocurrió aquello que tantas veces se prometió, creciendo solo en expectativas y añoranzas.
Es en estos últimos años que los males crecieron con tantas promesas banales, se sumó la traición de autoridades locales regionales y nacionales sin brújula y por su mediocridad y torpeza de toda índole, anularon proyectos, objetivos y propósitos.
Tuvimos proyectos exitosos de un sector importante de la pesca de consumo, como lo fue el maltratado y desaparecido PAAR, Programa de Apoyo Alimentario Regional, que bien pudo ser mejorado y seguir cumpliendo con las necesidades nutricionales hasta la fecha.
También fue anulado el programa de Pesca Racional de la Anchoveta, que servía al consumo indirecto de la población nacional y mundial.
Antes se dispuso la desactivación de la pesca dentro de las 5 millas marinas en áreas determinadas por IMARPE, denominada “Ventanas de Penetración” dentro las cinco millas solo en áreas marítimas de frontera, porque Chile tenía la misma práctica. En consecuencia, la numerosa flota pesquera que estaba conformada por PEAS propiedad de por lo menos 40 empresarios locales, en su mayoría ex pescadores industriales y artesanales, fue disminuida al extremo de desaparecer, tal como ha sucedido con las siete plantas harineras.
Al autor o autores de esta traición no les importó para nada la masiva desocupación de hombres y mujeres que dependían de estas actividades de manera directa e indirecta. En determinado momento se llegó a movilizar por ENAPU hasta 600 mil toneladas de harina de pescado.
Lo último del “Futuro negado a Ilo”, son las tratativas de una nueva y moderna infraestructura portuaria que se denominó «megapuerto» en Cata-Catas y el Tren Bioceánico que sigue sonando a quimera.
Y como si el famoso lagarto tendiera sus tentáculos de maldad en Ilo y Moquegua, no cabe la menor duda que el principal operador portuario que es Enapu, busca su propia eutanasia y desaparición. Ya no tiene exportaciones de harina de pescado, a los importadores bolivianos los han corrido a Matarani y a Arica e Iquique en Chile.
Ahora pretenden hacer lo mismo con el único empresario ileño-tacneño de ADC importador de trigo empleando una serie de actos como paralización y haciendo maniobras atentatorias como descarga lenta cuando no las llamadas huelgas blancas, que no son otra cosa que retrasar y demorar la descarga, ocasionando fuertes pérdidas económicas.
Enapu, como generalmente ocurre con las empresas estatales, es considerada como empresa fracasada y debe ser cedida al sector privado en concesión totalmente y reestructurada para alcanzar mayor eficiencia y compromiso.
El “Futuro negado a Ilo” está plagado de traiciones, promesas y engaños de propios y extraños. A todo esto ¿dónde quedan nuestras autoridades locales, regionales y nacionales? Sólo los necios, ciegos y traidores dirán lo contrario. Amén