Echar más leña al fuego quiere decir alimentar las razones por las cuales existe una discrepancia entre dos personas o grupos de personas. Le echamos más leña cuando abundamos en razones para que siga la discusión, la discrepancia.
Echar más leña al fuego es cumplir el rol de azuzadores, de quienes alientan la pugna, la discordia, el desacuerdo y hay personas que gozan haciendo eso, promoviendo el resentimiento, el enfrentamiento entre dos posiciones.
Le echamos más leña al fuego cuando en pleno escándalo de los relojes Rolex, publicamos todo un tratado sobre el precio de esos exclusivos relojes o de las pulseras igualmente de lujo que venden en los mismos establecimientos.
Ocurre lo mismo cuando el equipo de futbol pierde y comienzan a echarle la culpa al entrenador. No faltarán comentaristas que encontrarán toda suerte de errores en las decisiones que adopta la dirección técnica.
Le echamos leña al fuego cuando comentando el asalto al banco el reportero se detiene a precisar que ocurrió a media cuadra de la comisaría, cuando los policías, al parecer, estaban durmiendo la siesta.
Hacer comentarios que no hacen otra cosa que agravar la situación es echar más leña al fuego, avivamos así el calor de la hoguera.