Existen personas que actúan según las circunstancias, para bien o para mal, a favor o en contra, te quieren y te odian, están contigo y te dan la espalda. vuelan por donde sopla el viento.
A ellos se refiere el viejo dicho cuando afirma que del mismo modo como te abrazan te pueden estar dando también un porrazo, un puntapié donde la espalda pierde su respetable nombre.
Es la ausencia de valores lo que los hace así, saben muy poco de honestidad, ética, vergüenza, integridad y moral.
Son ambiciosos, egoístas, interesados, avaros, acaparadores y voraces, capaces de pisotearte en la cara con tal de alcanzar su objetivo, se acomodan con el de arriba, aunque eso signifique algún sacrificio de su parte. Después le asestarán una puñalada por la espalda.
Por eso debemos tener cuidado con los abrazos y para saber que son sinceros, que nacen del corazón, tiene que ser muy apretado y que busca honestamente transmitir el cariño que siente.
Hoy día un juramento, mañana una traición, amores de estudiante flores de un día son, dice la vieja canción.